Las llaves USB invaden cada vez más las estanterías. Difícil elegir entre los modelos con el tamaño liliputiense, con la capacidad extraordinaria o los ultrarrápidos o con atractivos extras (películas, videojuegos, música...).
El mercado de las llaves USB es muy amplio, muy extenso, y responde a todo tipo de demandas. Si algunos modelos son más grandes que dos mecheros colocados uno al lado del otro, otros se limitan al tamaño de una uña y esto, para capacidades idénticas. Precisamente, las necesidades de capacidad de almacenamiento están cambiando y ahora hay capacidades cada vez más importantes, al nivel de las de los SSD. Pero aún así es necesario poder llenar y vaciar rápidamente su llave USB, y ahí, no todos los modelos son iguales. Los modelos USB 3.0 siguen siendo los preferidos con velocidades que ascienden a varios cientos de megabytes por segundo, pero ojo de todos modos con ciertos malos estudiantes cuya velocidad no supera los 50 MB/s.Los modelos USB 2.0 quedan, pero se limitan al mercado de productos derivados de películas, cómics y otros videojuegos.
Las llaves USB invaden cada vez más las estanterías. Difícil elegir entre los modelos con el tamaño liliputiense, con la capacidad extraordinaria o los ultrarrápidos o con atractivos extras (películas, videojuegos, música...).
El mercado de las llaves USB es muy amplio, muy extenso, y responde a todo tipo de demandas. Si algunos modelos son más grandes que dos mecheros colocados uno al lado del otro, otros se limitan al tamaño de una uña y esto, para capacidades idénticas. Precisamente, las necesidades de capacidad de almacenamiento están cambiando y ahora hay capacidades cada vez más importantes, al nivel de las de los SSD. Pero aún así es necesario poder llenar y vaciar rápidamente su llave USB, y ahí, no todos los modelos son iguales. Los modelos USB 3.0 siguen siendo los preferidos con velocidades que ascienden a varios cientos de megabytes por segundo, pero ojo de todos modos con ciertos malos estudiantes cuya velocidad no supera los 50 MB/s.Los modelos USB 2.0 quedan, pero se limitan al mercado de productos derivados de películas, cómics y otros videojuegos.