Sin cartografía, un GPS no serviría de mucho. Para producir estos famosos mapas, es fundamental identificar y analizar la red de carreteras. Pudimos abordar un vehículo dedicado a esta actividad en TomTom. ¡En coche Simone!
Con motivo del lanzamiento de su nuevo GPS y la cartografía de nuevas carreteras en Córcega, pudimos descubrir cómo funciona el sistema de actualización de mapas de TomTom. Con la adquisición de TeleAtlas, el fabricante holandés ya tiene su propia cartografía y acaba de cerrar un acuerdo con Apple para integrarlo en el próximo iOS 6.
TomTom actualmente cubre 104 países, por 35 millones de kilómetros de carreteras. Si bien todavía hay muchas áreas para mapear, una gran parte del trabajo es actualizar los mapas existentes para mantenerse al día con los cambios de la red. Una tarea que no es fácil, ya que la información llega de muy diversas fuentes.
Mucha información para recopilar y analizar.
Según TomTom, el 15 % de las carreteras cambia cada año. De estos cambios, el 90% se relaciona con la señalización (límites de velocidad, nombres de calles, dirección del tráfico, cierres de vías, restricciones de giro y restricciones), mientras que el 10% restante se relaciona con cambios estructurales, con nuevos caminos, rotondas-puntos y puentes. Por ello, comprendemos rápidamente la necesidad de adquirir información fiable y reciente para actualizar la cartografía.
Para ello, TomTom se basa en varias herramientas. En primer lugar, su tecnología de intercambio de información Map Share permite recuperar las modificaciones realizadas directamente por los usuarios del GPS de la marca. Los cambios de señalización son, por lo tanto, bastante rápidos. Lo mismo ocurre con la información recopilada a través del sitio web de la marca, o incluso gracias a socios de confianza (ayuntamientos, Michelin, autopistas o agentes de campo) que informan de los cambios en el sitio y pueden anticipar cambios futuros. Como era de esperar, el fabricante también se basa en imágenes satelitales y aéreas, que son muy útiles para monitorear cambios, siempre que estas vistas sean lo suficientemente recientes. Toda la información recopilada es luego procesada por algoritmos, antes de ser integrada en los mapas.
El estudio de tierra esencial
Finalmente, TomTom puede contar con una herramienta de campo rápida, precisa y eficiente: el Mobile Mapping Van (MMV). Es precisamente esto último lo que pudimos descubrir recientemente. 25 vehículos están en circulación en todo el mundo, viajan por los principales países al menos una vez al año.
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Este MMV está equipado con un sinfín de sensores: GPS diferencial, unidad inercial (medida de latitud, pendiente, balanceo, dirección) y cuentakilómetros interno y externo para medir la velocidad con precisión. Se colocan 5 escáneres láser en el techo del vehículo para detectar paneles con reconocimiento visual automático.
Finalmente, una cámara “Lady Bug”, compuesta por 6 cámaras síncronas de 2 Mpixel, cuelga sobre el vehículo, a una altura total de unos 2 m. Este último permite obtener una vista de 80 grados como cuando se hace una foto panorámica (pentágono superpuesto), con la adición de una vista del cielo para mayor realismo. La frecuencia de sincronización es de 360 cuadros por segundo, mientras que el dispositivo registra una imagen cada 3 metros.
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Gracias a estas herramientas, el coche capta cambios de geometría, límites de velocidad, número de carriles, maniobras, sentido de la circulación e indicaciones de dirección, limitaciones de gálibo, o incluso pendientes y perfiles de carretera para la conducción ecológica (cálculo de ecorutas). Esto permite obtener una precisión del orden de un solo metro, frente a más de 5 para los ADAS (Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor).
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Para poder controlar las herramientas de captura y la información que registran en tiempo real, los dos operadores disponen de una pantalla de control y navegan de forma natural con… ¡un GPS TomTom por supuesto!
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Por supuesto, las fuentes de información se utilizan para enviar el MMV al campo, por ejemplo, cuando se trata de identificar una rotonda o una nueva carretera. De este modo, se analizan las trazas de GPS para detectar cambios en las trayectorias de los vehículos, que indican la posición de una rotonda.
En esta ocasión Rafal y Remi estuvieron presentes para explicarnos el funcionamiento de su vehículo. Pudimos ocupar el lugar del segundo operador en el asiento del pasajero con motivo de un descubrimiento sorpresa. Por lo tanto, era una oportunidad para hacer algunas preguntas a nuestros dos amigos. El video a continuación está en inglés, hemos traducido las preguntas y explicaciones al español para proporcionarle subtítulos, simplemente haga clic en el botón relacionado en la parte inferior del video.
¿De 5 a 90 días para actualizar los mapas, o incluso más?
Turno de preguntas, TomTom dice que los cambios se pueden aplicar en 5 días para todo lo relacionado con las fuentes subidas directamente a sus servidores (datos de sonda, fotos aéreas), mientras que las validaciones de campo pueden tardar de 30 a 90 días, dependiendo del tamaño de la ciudad.
No obstante, ya hemos notado mayores retrasos para ciertos cambios de carretera, ya sea en TomTom o en Navteq, lo que muestra claramente la dificultad de la operación. Mantener un mapa actualizado es costoso y el modelo comercial aún se basa en vender actualizaciones de mapas a los clientes. Un modelo a punto de desaparecer, en un momento en el que la mayoría de fabricantes apuestan por actualizaciones de mapas gratuitas de por vida en cada vez más GPS. ¿Por qué temer una caída en la calidad de las tarjetas? El futuro lo dirá.