Baby Shark ya no es una canción infantil más, es un auténtico fenómeno en Internet. ¡Su clip incluso se convirtió en el video de YouTube más visto en la historia!
¿Pensabas que el video más visto en la historia de YouTube seguía siendo Gangnam Style de Psy? ¿Tu forma de Ed Sheeran? ¿Despacito de Luis Fonsi? ¡Tienes que ponerte al día! Con 7,05 millones de visitas, el video más exitoso en YouTube ahora es Baby Shark, la rima de baile original de Pinkfong (una compañía de Corea del Sur).
Si tienes un hijo nacido en los últimos cuatro o cinco años, es poco probable que hayas escapado de este éxito cantado por la coreana-estadounidense Hope Segoine, de 10 años. En el clip, niños "disfrazados" de peces imitan el comportamiento de una familia de tiburones tomados con unas ganas furiosas de bailar, en modo "doo doo doodoo". El aire se inyecta en tus neuronas en un microsegundo y nunca vuelve a salir (o casi).
Sumando todas estas vistas, Baby Shark se ha visto continuamente durante 30 años. Según los informes, solo las transmisiones de YouTube de este video le ganaron a Pinkfong unos $ 187 millones. Y de nuevo, esto sin contar los innumerables remixes y otras versiones, incluida la más angustiante de todas: la que consiste en reproducir la canción en loop durante una hora (y que aún tiene 5,2 millones de reproducciones). Algunos padres obviamente querían un poco de tranquilidad.
¿Quién compuso Baby Shark (y por qué)?
Pero, ¿de dónde viene Baby Shark? Realmente nadie parece saberlo. Algunos dicen que la rima fue inventada en los años 70 y fue cantada por los líderes de los campamentos de verano en los Estados Unidos. Otros aseguran que se inspiró en el estreno de Tiburón, la película de Steven Spielberg estrenada en cines en 1975. Los creadores (sí, hay varios “Baby Shark… tu tu tutu”, que como este tienen varios millones de visualizaciones).
"¡Ayuda, tiburones!" © Pinkfong/YouTube
Todo un fenómeno, Baby Shark dio origen al #BabySharkChallenge y es objeto de una denuncia presentada por el cantante infantil Jonathan Wright, quien asegura que compuso esta canción y esta melodía en 2011. La canción también fue, de una manera mucho menos alentadora, en el centro de la condena de tres guardias penitenciarios estadounidenses que, en Oklahoma, lo utilizaron para castigar a los reclusos. De hecho, cinco prisioneros esposados fueron obligados a escuchar Baby Shark una y otra vez durante varias horas, lo que podría haber causado "intenso estrés psicológico" así como "sufspains" según la justicia. Los niños piden más.